Edificio

La Cripta

En 1948 la Congregación Salesiana de Tucumán inició la construcción de una Cripta. El proyecto adoptó el estilo arquitectónico del románico italiano del siglo XIII cuyos rasgos característicos son las columnas cilíndricas talladas en pequeños sillares con capiteles. La Cripta orienta sus naves de este a oeste. La iluminación del espacio interior no tiene norma fija; la luz, en esta tipología particular, ingresa por las ventanas de la porción superior de las naves imprimiendo el carácter de penumbra y silencio característico de las criptas protocristianas. La Cripta funcionó como Iglesia hasta el año 1962, cuando las napas freáticas que atraviesan la zona donde se encuentra emplazada inundaron el edificio. El agua se mantuvo en un nivel de dos metros durante 40 años. En 2008, desalojado el líquido a través de un sistema de bombeo, se pudo rehabilitar el lugar, que asumió un nuevo perfil. La Cripta es lugar extraordinario: por sus dimensiones (L: 65 m A: 36 m H: 8 m) y por la carga simbólica que encierra. Al mismo tiempo, la tipología del edificio, la precariedad de las instalaciones y la presencia de napas freáticas (que modifican la humedad del lugar e intervienen con un sonido constante de agua circulando) son parte constitutiva de la esencia del espacio.